viernes, 1 de enero de 2010

La alternativa










Si queremos analizar la evolución del fenómeno –o lacra, más bien- de la violencia de género, debemos fijarnos en dos cifras esenciales; en primer lugar en el número de mujeres asesinadas por sus parejas o ex parejas, y en el de las denuncias contra maltrato presentadas. 55 mujeres fueron asesinadas en 2009 a manos de sus parejas o ex parejas. Sigue siendo una cifra inaceptable, pero es la más baja desde que entró la Ley integral contra la violencia de género. Lo que no ha cambiado mucho es el elevado porcentaje de mujeres asesinadas que no habían denunciado nunca al que acabó matándolas. Sólo 14 de las 55 -apenas una de cada cuatro- habían puesto en marcha los mecanismos de ayuda del Estado para protegerlas. Por otro lado, una media de 380 personas al día denunciaron supuestos malos tratos, cifra que es la más alta desde que se disponen de datos fiables. Ha habido por tanto un enorme aumento de personas que denuncian a sus parejas por malos tratos. Algunos han querido relacionar directamente el aumento de las denuncias con el aumento de la violencia; craso error.

Durante muchos años el maltrato a la mujer ha sido un secreto a voces; algo que se sabía formaba parte de cada casa y que se enmarcaba en la más estricta normalidad. Hasta que se le empezó a llamar “maltrato” y empezó a considerarse como algo negativo y brutal. La situación ha mejorado a partir de las políticas públicas presentadas con el objetivo de liquidar esta lacra de la sociedad. Entre estas medidas está por supuesto la represión policial, por lo que últimamente se ha iniciado una serie de fuertes campañas de concienciación para que la mujer denuncie a su agresor y éste pueda así ser castigado por la ley.

El hecho de que haya cada vez más denuncias no es más que una consecuencia directa de estas campañas de concienciación y de las políticas sociales que aseguran un futuro más digno a las mujeres. De hecho, sólo es necesario observar cómo muchas de las denunciantes son personas que llevan muchos años sufriendo maltrato y que si se han decidido ahora por denunciar es porque se les ofrece una alternativa (centros de acogida, ayudas económicas,etc) que antes no tenían.

No se trata por tanto de ningún aumento de la violencia de género, sino una mejora de las condiciones que se ofrecen a las mujeres que deciden cortar por lo sano y que por tanto se animan a denunciar.


Carlos R. MOREIRA

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